domingo, 8 de mayo de 2022

No comas huevos si te enojas, te puedes morir

 Les ha pasado que el pensamiento mágico en los lugares más desfavorecidos está bien cañón y en los de clase alta, tantito peor. Pero bueno, hoy se contará la historia de los que yo he vivido y escuchado. Y las terribles consecuencias que esto lleva. 

Hace ya algunos años, había un chamaquito, que como casi todo niño, por todo hacía berrinche y en la cultura de la que salió esos berrinches se arreglan bien fácil. Le das al niño unos chanclazos, nalgadas, varazos, mecatazos o les rompes una cubeta de agua en la espalda, lo que tengas a la mano. Así, "el niño berrinchudo y desobediente tendrá motivos para llorar con provecho" y terminara por ser sumiso y obediente.

Este ritual no lleva solo la violencia, también tiene sus especificaciones técnicas. Se dice que cuanto te enojas, no puedes comer algunas cosas: Carne de cerdo, huevos e incluso tomar agua, que lo mejor es tomar una infusión de hierbas amargas, sobre todo para las damas, un mezcal o cerveza en el caso de los varones.

Porque como dice la creencia popular, te tuerces (te da una embolia,  trombosis, diabetes o aire) y hasta te puedes morir de una muina (expresión para un arranque de ira). Mucho tiempo después de recibir castigos y propagar el hecho que si comes ciertas cosas puedes morir, la curiosidad me llevó a buscar por qué pasaba esto, unas cuantas búsquedas en google me dieron indicios. 

Las personas que se conocía de la colonia en que vivía, ya estaban enfermas,  no tenían el mejor estilo de vida y solo necesitaban un aumento de presión arterial debido a la adrenalina para detonar una reacción adversa (en su mayoría las víctimas de la muina eran señoras de mediana edad, con obesidad, hipertensión, diabetes y demás padecimientos crónicos, diagnosticados o no).  Entonces la observación empírica relacionaba la condición médica con su última comida antes de que se detonaran síntomas de enfermedad crónica. 

Hasta aquí todo el misterio resuelto, y cada quien a seguir con su vida, pero. ¿Y los huevos? De niño, era curioso y quería saberlo todo, cuando me contaron quede enterado que la gente que son los jóvenes, los que hacen berrinche o coraje y se mueren por comer huevos. Así que después de un berrinche nada como un rico té de hierbas amargas. 

Y después de eso me contaron la historia, lo que le sucedió a "la difunta hija de don B". Curiosamente ese día llegó la madrina de mi hermano a dar fe y testimonio que efectivamente la gente berrinchuda se puede morir por comer huevos, y ambas mamá y comadre rememoraron la historia:

Cuenta la leyenda que "don B" era un ex marino. Los rumores dictan que desertó y huyó de donde fuera que trabajara después de dar de baja a un oficial suyo, por azares del destino llego a donde ya no hay ocotes, formó su familia en un pueblito por ahí y en algún punto se asentó en la colonia donde algunas de las historias de este blog suceden. Como muchos hombres de mediana edad en los 80s era don B muy estricto con el comportamiento moral de su esposa e hijos(as), así que tenía una política de 0 tolerancia. Y se rememoran las palizas que propinaba a todos los miembros de su familia como ejemplo de rectitud y el camino que un hombre debe seguir.

Una de las hijas de don B, era una berrinchuda desobediente, siempre hacía lo que quería aunque le pusieran sus chingadazos y se le ocurrió a la morra tener novio. Nunca supe que edad tenía la chica pero dudo que hubiera pasado de los 20s, el moño blanco en la casa de la familia de don B seguía colgado aun después de muchos años. Al parecer, todo paso una tarde en que la muchacha se vio con su novio cuentan los testigos que don  B salió a buscar a su hija porque no llegaba, entonces la encontró por ahí en algún terreno de siembra platicando con su novio en unos anillos para pozo. Acto seguido la llevo de las orejas a su casa donde le dio una merecida golpiza y la mando a comer, huevos por cierto.  

La muchacha se metió a bañar, luego se fue a dormir, y ya no despertó. La explicación más lógica que se dice porque este resultado pasó pues que los huevos son pesados y dañinos cuando haces muina. Nada tuvo que ver una golpiza de un ex marino. 

Solo como un dato curioso un par de décadas después de este incidente, un hermano de la muchacha cometía suicidio, se cuenta que el muchacho a mitad de sus 30s no pudo soportar la presión de no conseguir trabajo, había estado preso, según cuentan quienes lo conocieron, por cargos inventados. Tampoco se pudo contar su historia, y el sacerdote se negaba a darle sus ritos que dicta la tradición, aunque terminó cediendo al llanto de su mamá.
Ahora todos descansan.

Y si piensa usted querido lector que son cosas que han quedado en el pasado. Pues  en la colonia, se cuenta, que una señora falleció después de un correctivo de su marido en la misma colonia aunque más cerca del río, seguro que sabremos que comió antes de fallecer. Para alertar a los niños que se porte bien y no hagan berrinches, o les puede pasar lo mismo.

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jueves, 5 de mayo de 2022

Historias del lugar donde mueres a pedradas III

Le queremos comprar a la bebé  

 Corría el año 2018 (o tal vez 2017) la verdad es que el cuentacuentos no lo recuerda aunque debería. La cuestión es que en el lugar donde te matan a pedradas, la pobreza y la ignorancia dan lugar a historias de terror, cosas que incluso en el XXI  nos suenan a barbarie.

    Regresando del trabajo tóxico que tenía en ese momento, llegó a casa y me encuentro en el medio de una discusión entre mis padres, resulta que una de mis primas estaba a punto de entrar en labor de parto y mi madre en su desesperación por ayudar a su sobrina, trataba de convencer a mi padre de llevarla en su camioneta (np300 modelo 98, sí con el motor todo jodido y sin arreglo, los muelles destrozados, vibraciones raras, etc) al hospital donde daría a luz, porque no habían encontrado un taxi para que la llevara (en el 3er mundo muchas veces el trabajo de la ambulancia lo hacen los taxistas).

    Afortunadamente, en ese entonces nuevo gobierno municipal y su antecesor, después de 12 años de priismo del más rancio y dañino, renovaron a la policía y equiparon una ambulancia y mejores patrullas, paramédicos de planta y nuevas instalaciones. Por lo cual realicé la sugerencia de: "Y si en lugar de estar peleando van a ver a la ambulancia del municipio, digo, su base esta de aquí a dos cuadras. Para eso pagamos predial y jodido ISR".

    Para fortuna de mi prima la ambulancia estaba disponible y en menos de 25 minutos ya estaba en el hospital donde su parto se cuenta, fue de menos de media hora. Todo bien hasta aquí y hasta parece una bonita historia. Pero este blog cuenta lo más cercano a la realidad que se puede, y en el lugar donde mueres a pedradas, agencia de donde ya no hay ocotes. Las historias con final feliz son muy contadas, ahora un poco de contexto.

    Mi abuelo fue un hombre de campo, agricultor de aquellos a quienes su economía familiar, el TLC se la llevo por delante reduciendo sus ingresos a intentar sobrevivir día a día compitiendo contra LALA y Alpura. Tuvo cuatro hijos (todo un visionario y progresista para su tiempo cuando las familias eran de 10 u 12 integrantes). Hizo lo que puedo por darles estudios, en su momento la preparatoria era un lujo, grado que alcanzaron sus hijos mayores y tengo una tía con maestría. Pero mi tío, el más pequeño, padre de la protagonista de esta historia, solo terminó tercero de primaria, víctima de aquellos que le dicen a los niños "eres un pinche burro, para qué estudias mejor ponte a cuidar chivos", por más regaños e intentos de mis abuelos de que terminará la escuela, no lo hizo, tal vez por capricho, tal vez porque se adaptó lo mejor que pudo a su sociedad.
    La historia aunque no se repita, a veces rima, así que el tío se casó con una chica analfabeta, y producto de esa unión nacieron mi primo y sus 3 hermanas, una historia trágica por cada uno de ellos que tal vez cuente alguna vez. Resumiento a un más las cosas, mis 3 primas son analfabetas, viven aún con sus padres, hacinados en un pequeño cuarto, dado que su economía no da para más. 7 personas en un espacio de 20m^2.

    De vuelta al casi presente, se cuenta que mi prima en labor de parto, en lugar de decir que esperaba a su bebé con mucho anhelo como una mamá normal, la maldecía e insultaba, lo que disparó las alarmas en el hospital.

    Sí, aquí empieza el chisme que no está escrito en el reporte médico, mi prima, analfabeta, sin ningún tipo de educación sexual apenas y alcanzando la mayoría de edad, había estado involucrada en una red de trata local (los señores T. Si usted amable lector ha leído mis otras historias y se le viene a la mente la del ángel de la guarda. Sí los mismos bastardos manejan directa o indirectamente todos los negocios ilegales del lugar), donde la vendían a los cricosos de un pueblo cercano (esos lugares donde solamente paso dios), a cambio de una cantidad que tal vez para ella era muchísimo dinero, se cuenta que el papá de la bebé estuvo consiente de eso y quiso hacerse responsable de la niña y de mi prima, pero ese rumor no se comprobará.

    El hospital en su reporte, como es de esperarse, llego a conclusión que probablemente mi prima no era apta mentalmente para ser madre (tal vez sea cierto, aunque ¿quién en su situación lo sería?) y aquí es donde las cosas se ponen turbias. A la mañana siguiente mis tíos estaban ya en el hospital, pendientes por lo que pudiera necesitarse, lo raro es que no los dejaron ver ni a la recién nacida. Tal vez sea protocolo, dijeron, aunque tampoco la nueva madre había visto a la bebé. Las horas pasaron y por el medio día se vienen enterando de que el hospital iniciaría una investigación para no arriesgar a la bebé. Lo raro fue que, de la nada unas personas abordaron a mis tíos y les hicieron una propuesta -"Le queremos comprar a la bebé, nos han informado que su hija no esta en las condiciones de criarla y venimos a preguntar cuanto quieren por ella...".

    Aquí todo se vuelve turbio pero después de la intervención de mi tía (la que tiene maestria, de exponer al hospital por andar regando información sensible y promover la compra de menores) la de un servidor diciéndole a sus tíos que amenazaran también con llamar a la policía y denunciar... todo salió medianamente bien después de que valoraran psicológicamente a mi prima y mis tíos firmaran un papel que plasmaba que si ella no era apta para criar a la bebé ellos se harían cargo.   

    Sí querido lector, tal vez  esto parezca una historia que termina de buena forma, pero también deja la interrogante ¿Cómo en un hospital público llega tan fácil alguien a querer comprar un recién nacido?
Será que si eres pobre, no tienes derecho a nacer y que tus padres se hagan cargo de ti, por eso es mejor que una mejor familia te compre y te vaya bien (en el mejor de los casos, porque por esas fechas en mi querido estado encontraron a varias decenas de infantes utilizados para pedir limosnas.)

  Bueno, los años han pasado la bebé ahora es una niña, desgraciadamente su futuro no pinta muy bien. Es cierto que está sana, que convive con su primito (la hermana de su mamá se convirtió en madre a los 15, poco tiempo después porque #ignorancia) casi hermano, como se dijo en el spoiler, 7 personas viven en un mismo cuarto, 3 generaciones que parece harán que el ciclo se repita una y otra vez, con Dios como único freno a ello. 

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miércoles, 4 de mayo de 2022

¿Mi hermanito esta durmiendo? ¿Por qué no se levanta mamá?

    ¿Cómo fueron sus infancias? Espero que hayan tenido muchos amiguitos en la primaria y el jardín de niños, ojalá que tuvieran gratos momentos con ellos. Igualmente como olvidar a los amigos de la cuadra, aquellos niños con los que en finales de lo 90s e inicios de siglo XXI podías salir a la calle a jugar al avioncito, atrapadas, escondidas, fútbol y demás juegos que los niños de ahora ya no juegan debido a la inseguridad, el mayor número de automóviles en las calles, la falta de espacios porque ahora todo son casas de motivo social además de los peligros y la violencia que se ha diseminado como plaga en nuestro bonito país. 

    Regresando a épocas más tranquilas, recuerdo entre tristeza y alegría como salía a jugar con mis amiguitos de la cuadra, las travesuras que hacíamos y lo cansados que terminábamos. Delante de mi casa había varios predios baldíos llenos de maleza, pulgas, además de montañas de arena y grava (porque los dueños rentaban el espacio a unos señores transportistas que molían grava y colaban arena para material de construcción). En ese patio de juegos colectivo alrededor de 10 niños salíamos todas las tardes a jugar. 

    El mayor de todos los niños se llamaba Rodrigo, se dice que era bueno en la escuela, ya cursaba la secundaria, de familia con escasos recursos, su papá trabajaba como repartidor en un negocio de muebles y electrodomésticos, si la memoria no me falla, les prestaban el lugar donde vivían, eran 4 hermanos. Rodrigo como de 12, José de alrededor de 10, mi contemporáneo, una niña cuyo nombre no recuerdo, tendría como 5 y un pequeñito que apenas caminaba.

    Por otro lado, estaban "Lencho"(de mi edad creo que nunca supe su nombre real, Lorenzo tal vez) y Marcos, dos hermanos que también tenían hermanitos más pequeños. Los recuerdo bien, eran mis mejores amigos de la colonia, no de la escuela, los fines de semana iban a mi casa a jugar por las mañanas porque solo tenían que atravesar la calle y yo sacaba los pocos cochecitos y juguetes que tenía (de los de plástico de feria, no vayan a pensar ustedes que pistas de hot wheels) mi mamá les invitaba el almuerzo y aun recuerdo que le decían, "señora su comida está bien rica, en la casa casi diario solo podemos comer sopa y chilaquil de frijol". No culpo a mi madre cuando se molestaba por tener que compartir sus recursos con dos bocas más, pero en ese momento, con 9 años o menos, yo no lo comprendía.

    En este blog de vez en cuando habrán historias felices, está no es una de ellas. Un día viernes o sábado y seguramente en vacaciones, ocurrió la trágedia. Rodrigo y Lencho tenían familia en un pueblito cerca de donde ya no hay ocotes, en muchos sitios en México, los pueblos tienen nombre español y apellido indígena, la ciudad donde ya no hay ocotes se llamaba Santo Domingo Ocotlán (gracias a Morelos eso cambió), del pueblo de mi amigo recuerdo el apellido Zegache.

    Se dice que Rodrigo la paso bien con sus abuelitos, también visitó a sus tíos, jugó un rato con sus primos y se le hizo tarde (en los lugares del 3er mundo las 5:30pm ya es muy tarde, ya no hay transporte) pero él iba en bicicleta y por ahí encontró a Lencho asi que decidieron transportarse juntos, Rodrigo manejaba y lencho en los diablos. La noche caía y la calle de terracería se torna peligrosa a esas horas. Así que decidieron regresar por carretera, eran los 90s, el tráfico no era denso, tampoco muchas personas pasaban en sus vehículos por esa parte, obviamente no llevaban casco, hasta donde la memoria me da, la bici era muy vieja, del estilo de carreras, un freno no le servía y de los pedales ya solo quedaban los ejes. 

    Nadie sabe bien qué fue lo que pasó, el camino es recto y justo frente la fábrica 2000 una camioneta embistió a mis amigos de frente (el conductor manejando en sentido contrario), se dice que el tipo estaba alcoholizado, lo vieron salir de un table dance, Lencho salió disparado quedando con una pierna y la cadera rota, Rodrigo quedo bajo las llantas del automóvil, el conductor  al percatarse del incidente, cuentan los testigos se empeñó en acelerar haciendo que mi amigo rodara varios metros entre los espinos y el pasto. Aun el sujeto se dio la tarea de recoger la bici que se había quedado enganchada a su vehículo, al puro estilo de Lord Audi hace unos años, y subirla en la batea para darse a la fuga. 

Una vez más, cuando eres pobre nadie te ayuda, casi nadie llama a la policía o a la ambulancia (que en reinos priistas ni existen y los celulares ni siquiera habian llegado a esas tierras). Se dice que Lencho como pudo se arrastró junto al cadáver de Rodrigo y se quedó ahí llorando por horas. Hasta que alguna persona de buen corazón y no originaria del lugar se prestó para el auxilio. 

    La noticia nos cayó como cubetada de agua fría en la colonia, pero las mamás solo se vieron las unas a otras y regañaron a sus hijos diciendo ya no se junten con los vecinos, todas le echaron la culpa al difunto por no pensar que la carretera es peligrosa y a los papás por dejarlo salir. Aunque no por ello dejaron de ayudar a la familia en duelo, eso si le puedo aplaudir a la colonia, la solidaridad en tiempos difíciles. Alguien te da 20 pesos, una bolsa de azúcar, unas bolas de chocolate, medio kilo de cafe, etc.

    La parte más triste, fue cuando la niña pequeña le pregunto a su mamá ¿oye por qué mi hermanito esta en esa caja? ¿Por qué no se levanta? Mamá dile a mi hermano que se pare, ya lleva todo el día durmiendo,  no me contesta ni quiere jugar conmigo. 

    A mí no me dejaron ir al sepelio, no pude despedirme de mi amigo,  se dice que unos cristianos pentecostales estaban ahí intentando ayudar a su manera, con recursos, pero a la par haciendo oraciones que parecían más que nada reclamos y revictimización al difunto.
    
    El hecho poco a poco se olvidó. A la familia la sacaron de esa casa y José termino emigrando a Estados Unidos (como mojado). Lencho salió más o menos bien librado, con secuelas tanto físicas como mentales, hasta donde tengo conocimiento, tienen un taller mecánico él y Marcos. Hace años que no los veo, y si los he visto tal vez ya no los reconozca.

    Estas cosas pasan en el 3er mundo, y al final solo tus más allegados te recuerdan y nadie conoce tu historia. Ojalá estas líneas sirvan como memoria.


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¿Alguna vez se imaginaron en el ejército?

Vivo soñando en riquezas Atrapado, refundido en la pobreza Lágrimas, esfuerzo, y dolor Para ser triunfador Alguien explíqueme, como encontra...